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Sobre el MOVIMIENTO, con EILLEEN JUBES (I)

Me gusta visualizar los temas complejos como si fueran las capas de una cebolla. Consigues entender una serie de cosas, arrancas la capa y ahí aparece una nueva por entender, más sutil y más profunda. Cada nueva capa es, por tanto, más difícil de arrancar que la anterior...
También me gusta la metáfora del camino. Cuando alguien afirma con total seguridad que entiende algo, algo complejo, es muy probable que no haya llegado ni a la primera curva del camino. Ha visto una pequeña cima y cree ya estar llegando al final. Para celebrarlo se queda en la bonita pradera desde donde ve la cima, y va dando lecciones sobre el camino a todo el que pasa por allí. Lo que no sabe es que cuando llegue a la cima, si es que alguna vez decide abandonar la confortable pradera, descubrirá, bañado en una mezcla de horror y entusiasmo, que el camino se prolonga muchísimo más lejos y que cada vez parece más sinuoso.
Si andas lo suficiente, muchas cimas después, ya sabes que nunca llegarás al final del camino pero, paradójicamente, las ganas de seguir son cada vez mayores. Al mismo tiempo, tu mapa de la parte recorrida resulta cada vez más detallado.
Os invito aquí pues a arrancar las primeras capas de la cebolla, a superar esas primeras cimas del camino que hagan despertar una curiosidad suficiente como para seguir andando por el sendero del MOVIMIENTO…


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Cuando me surgió la idea de entrevistar a alguien acerca del movimiento, automáticamente me vino el nombre de Eilleen a la cabeza. Cualquiera que la haya visto escalar, coincidirá conmigo en que pertenece a esa minoría de las que lo hacen parecer fácil y natural, aún en los grados altos. Ser profesora de Yoga, además de Fisioterapeuta, sin duda también constituían dos grandes avales en el campo del movimiento. La suerte de conocerla y vivir en la misma ciudad facilitaba del todo la cuestión logística.
Aceptó de inmediato en cuanto se lo propuse y le estoy muy agradecido por la confianza en el modesto y poco comercial Centauro, así como por el tiempo dedicado, pues más que una entrevista esto acabó pareciendo un examen, y de los largos...

Pero con lo que yo no contaba, pues mi interés por el tema es más bien reciente, era con que precisamente el movimiento es el tema que le apasiona y que, a día de hoy, lo sigue estudiando además de practicando. Una pasión que, por otro lado y conociendo sus “antecedentes”, no sorprende en absoluto.

He aquí las pruebas: se inició con la gimnasia rítmica a los 4 años, sobre los 7 u 8 se pasó a la gimnasia deportiva. A los 14 empezó a hacer danza, al mismo tiempo que a escalar. A los 15 Yoga… Según comenzamos la conversación me dice que (también) es titulada (4 años) en el método Feldenkrais, y que actualmente está haciendo el posgrado. Poco conocido en España todavía, este método ayuda a mejorar las conexiones neurológicas relacionadas con los patrones de movimiento del practicante. Se consigue a base de movimientos suaves y lentos, normalmente acostado sobre una colchoneta (ver en Wikipedia)

Ahora sí que ya no podía imaginar mejor guía para introducirme en el profundo y complejo mundo del movimiento.



“Pero cómo el movimiento?”, me preguntaban algunos amigos cuando les hablaba del próximo post. Pues el movimiento del cuerpo, ni más ni menos…


EL MOVIMIENTO EN LA INFANCIA

Antes de empezar con las preguntas, le comento mis ingenuos conocimientos e intuiciones sobre el movimiento y ya enseguida se desencadena sobre mí  un torrente de información.
“Tú puedes analizar…”, me dice.
“…¿Por qué hay personas que son tan buenas desde un principio? Porque su desarrollo psicomotor ha sido muy completo. Ya desde las primeras fases de la infancia, el niño aprende a moverse por sí mismo, interactuando con su entorno. Por ejemplo, unos padres sobreprotectores impiden que el niño, mediante su propia experiencia, pueda escoger cómo se quiere mover en él, limitando así su capacidad de movimiento. Todo influye en tu posterior capacidad de movimiento. Lo que aprendas por ti mismo, lo que te enseñen tus padres,  los deportes que practiques, tu propia cultura.. ¿Te has fijado en los africanos? Todos tienen una postura muy erguida...

Te pilla en una slackline y se te pule, jipi.
Lo interesante en los niños es que tienen todo por aprender, cada nueva cosa que aprenden les hace más libres, les confiere mayor capacidad de elección. Los primeros 8 años son fundamentales porque están adquiriendo lo que luego serán sus hábitos a la hora de moverse en cualquier faceta de su vida”...

Aunque estoy encantado con lo que oigo, el tiempo es limitado así que tratamos de encauzar el torrente y comenzamos con las preguntas que traía preparadas:


YOGA, FELDENKRAIS Y ESCALADA


¿Qué se busca en el Yoga que tú practicas, cuál es el objetivo?

El Yoga que practico se denomina Vinyasa. Me decanté por él por su dinamismo, frente a otras variantes más estáticas.  Yo he sido bailarina de danza contemporánea profesional y para mí es muy importante moverse, necesito sentir mi cuerpo vivo.
 



El objetivo de cualquier cosa que realices en tu vida dependerá de la persona. Para mí el yoga es como una herramienta, que me permite utilizar mi cuerpo y mi respiración para encontrar la calma mental. Cuando consigues dominar un asana (postura), sea la que sea, estás buscando  un equilibrio. La mente no piensa, sólo observa. La respiración no se altera, es armoniosa. Te desapegas de las sensaciones y emociones, sólo observas ese momento.

 

¿Qué analogías y diferencias ves entre este Yoga y la escalada?

Cuando escalas, entras en un estado de máxima atención, observas detalladamente lo que pasa por tu cuerpo, cómo te mueves. Esto es lo que tienen en común yoga y escalada, entrar en ese estado de atención plena. Además, en ambas hay que ser preciso.
Por otro lado, en escalada tienes que buscar constantemente el equilibrio ya que es un deporte en el que el punto de apoyo también cambia constantemente. Es más orgánica, te mueves en función del repertorio corporal que poseas. El yoga, en cambio, es imitación de posturas donde se busca hacerlas de la manera más perfecta y controlada posible.

 

¿No son ambas disciplinas una cuestión de movimientos y posturas, cada una con su respectivo repertorio o catálogo?

Tenemos la suerte de haber escogido un deporte muy rico a nivel corporal. No hay límites, es como la danza. Un cuerpo que se mueve dependiendo de las necesidades que precises en ese mismo instante. Es una elección que tienes que hacer en un segundo, tan solo viendo un pie o una mano, tu cerebro ya sabe cómo se tiene que mover y allí va.
Aumentar tu repertorio de movimientos te hace más libre, tener más capacidad de elección y de acción.
¿Pura cuestión de fuerza?



 ¿Por qué es tan importante la forma en el movimiento? ¿Tú la corriges en tus alumnos?

La forma (o lo funcional) no sólo conlleva eficiencia, conseguir ejecutar el movimiento utilizando menos fuerza, sino que además evita lesiones. Hay que entender cómo se comporta el cuerpo, por qué se mueve de una manera  determinada.
En yoga sí corrijo la forma. A veces hay personas con poca conciencia de su cuerpo en las que veo que se pueden hacer daño al intentar una postura o movimiento porque la fuerzan. Esto provoca que compensen movimientos inadecuados de unas partes del cuerpo con movimientos innecesarios y peligrosos de otras.
En cambio, en el Feldenkrais no se corrige. Cada uno trabaja a partir de las sensaciones que va teniendo. Tú estás tumbado en el suelo porque el suelo te genera más respuesta.  Yo te voy dando una serie de instrucciones (del tipo ‘mueve la cabeza hacia un lado y hacia el otro’) y te voy preguntando por tus sensaciones (‘qué lado te ha parecido más fácil, observa qué pasa con tus costillas, ¿sientes que alguna se mueve?, ¿sientes que pase algo en tus omoplatos?’). Tu cerebro va a ir tomando conciencia mientras va buscando las respuestas. Tendemos a centrarnos en una sola parte del cuerpo pero están ocurriendo cosas por todo él y yo no estoy dentro de ti para sentirlas.

 

Claro, porque tú visualmente tienes un límite, ¿no?. Puedes notar que un movimiento está mal hecho, pero a nivel muy sutil…

Bueno, tú puedes saber si una persona está muy bien organizada. Lo puedes sentir porque su movimiento es fluido, tiene calidad, su intensidad se mantiene a lo largo de éste. Esta capacidad de observación la ganas a través de la experiencia. Viéndote mover puedo obtener mucha información.

 

Por lo que entiendo, mediante el Feldenkrais, estás ayudando a la persona a desarrollar la conciencia corporal y ser ella misma la que se auto-corrija el movimiento.

Exactamente. En algún workshop internacional para entrenadores de escalada ya se está señalando que el Feldenkrais puede ser una herramienta muy potente para la escalada.

 

¿Cómo sabemos cuándo un movimiento se ha realizado de forma correcta?

La respiración es un índice. El hecho de que se nos pare la respiración al ejecutar un movimiento es un indicador de que se está haciendo un sobreesfuerzo. Esto ocurre siempre que hacemos algo nuevo o algo que no es cómodo para nosotros. Existen conexiones en la corteza motora que son fundamentales para que esto no ocurra. Hay que trabajar la atención interna y aprender de forma que puedas ir ejecutando sin ese sobreesfuerzo.
La forma en el movimiento, ¿estará relacionada la estética con la funcionalidad?

 

¿Es el movimiento correcto el más natural?

Lo natural será distinto en cada persona. Uno puede tener alguna dificultad física o cognitiva, por ejemplo. Lo natural para ti será la alternativa que te suponga menos esfuerzo.

 

A la hora de entrenar para escalada, ¿crees que en los ejercicios (específicos o de compensación) se sacrifica la forma para meter más peso o repeticiones? ¿No es esto contraproducente?

A este respecto, la tarea pendiente en la sociedad occidental es la conciencia corporal. Creo que realmente no sabemos mucho de nuestro cuerpo. Hay que saber escucharse. Si tenemos esa conciencia, podemos darnos cuenta cuando algo no funciona bien en el ejercicio (‘se me está cargando mucho el cuello, siento que este hombro no está bien posicionado…’), podemos entonces aplicar pequeños cambios e intentar mejorar la forma basándonos en nuestras sensaciones internas.
Tu entrenador te puede poner un programa perfecto pero si no sabes escucharte la cosa puede acabar mal. Si no tienes a alguien corrigiéndote cada ejercicio, tendrás que ser tú el que lo haga.

 

 

¿Sería factible un yoga orientado a la escalada?

Pues por ejemplo ahora, tengo en mente preparar un taller de Feldenkrais que vaya orientado a la escalada.
En cuanto al yoga, se podría hacer pero me preocupan las disfunciones que produce la excesiva flexión del cuerpo que exige la escalada. Habría que tener cuidado pues algunos escaladores tenderían a compensar mediante movimientos incorrectos en la pelvis u otras partes al intentar ejecutar algunos movimientos típicos de yoga (en donde trabajan los extensores). Si lo orientase a la escalada tendría que tener en cuenta estas limitaciones.
Es más, una de las grandes culpables de esta propensión a la flexión del cuerpo es la silla. Si te fijas en las sociedades orientales, donde se sientan en el suelo o se ponen en cuclillas para conversar, parece que las personas llegan a edades avanzadas con una salud articular muy superior a la de occidente.

Cojonudo para los extensores aunque en España, aparte de resultar sospechoso, no sé si estará permitido por la ley mordaza...

¿Cuánto se puede mejorar un movimiento o postura? Crees que un escalador de nivel alto aún puede perfeccionar sus movimientos de forma significativa?

Depende del nivel de conciencia corporal. Siempre se puede aprender algo nuevo. La neurociencia habla de la plasticidad del cerebro, lo que quiere decir que siempre podemos crear nuevas conexiones en él. Lo que va a hacer que mejore tu manera de moverte, tengas el nivel que tengas, en escalada o en cualquier otro deporte, es el repertorio gestual que poseas en el momento de tomar una decisión. Ojo, el repertorio gestual a nivel general, no sólo de movimientos específicos de escalada. Todo lo que aumente tu capacidad de elección hará que mejores.
Por ejemplo, en mi caso, gracias al Feldenkrais aprendí a sacar la fuerza desde el centro (también conocido como 'core', ver más adelante) en vez de distalmente, que es lo que me produce problemas en los hombros, los cuales tengo operados.

(Nota del Centauro: creo que habrá que hacer unas cuantas sesiones de Feldenkrais para entender lo que quiere decir aquí Eilleen con sacar la fuerza desde el centro)

 

¿Está correlacionado el nivel de escalada con el de conciencia corporal?

Junto con una amiga, estamos empezando un estudio en el que nos preguntamos cuál es el cuerpo idóneo para la escalada. Para ello tenemos intención de analizar, de manera muy sencilla, las amplitudes articulares de una serie de escaladores que llevan mucho tiempo a muy alto nivel y que, pese a la exigencia a la que han sometido sus cuerpos, nunca han tenido que parar por una lesión. Algunos, como Iker Pou, ni siquiera por un lumbago. Entre otras cosas, queremos usar sus vídeos para ver el repertorio corporal que tienen, cómo se mueven. O sea, que lo estamos estudiando.
Por supuesto, hay otros factores que influyen en la calidad o ausencia de lesiones del escalador como la genética de los tejidos, por ejemplo. Nosotras, de momento, sólo nos queremos centrar en esta parte y de manera muy sencilla porque realmente el tema es muy complejo.

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