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ASESINAR AL ÁGORER (1ª parte)

Se aparece, de manera flagrante, un concurrido fin de semana de hace muchos años, en una cueva altoaragonesa. Ésa será la primera vez que se tiene registro de su observación. A pesar de que ya había sido descrito en otros ámbitos, su identificación en un sector de escalada provoca inquietud. Por aquel entonces, su naturaleza es todavía una incógnita. En cambio, sus acciones y los síntomas que provoca no son desconocidos. El boca a oreja logra una difusión muy rápida en escuelas adyacentes y la gente rememora incidentes con características similares. A medida que se va tomando consciencia de su existencia, se reconoce, con estupor, la posibilidad de que haya estado entre nosotros durante mucho tiempo. En aquellos momentos iniciales, y a la espera de un estudio posterior más profundo, se toma la decisión de bautizarlo como el Ágorer.

Meses más tarde, surge el primer artículo científico dando una descripción fenomenológica del episodio mencionado. Lo firma un, hasta ese momento, ignoto psicólogo, especializado en el campo de la esquizofrenia y, casualmente, testigo directo de la citada aparición en la cueva. Reproducimos a continuación un extracto de dicho artículo:

“[...] desde el primer momento, de boca de unos conocidos escaladores empiezan a brotar palabras de fuerte desaliento dirigidas, sin ningún tipo de autocensura ni cortapisa, hacia sus propios compañeros de sector. Dichos escaladores (los denominaremos los desalentadores a partir de ahora) parecían reservar toda su energía para proyectar el desánimo, pues permanecieron sentados y fumando cigarros (o similares) durante la mayor parte del día. Sólo cesaron dicha actividad para realizar una lamentable multiejecución de chapa a chapa (ver teoría de la multiejecución del Dr. Mushroom) en la que ni siquiera tuvieron la dignidad de llegar a cadena.

Los desalentadores eran dos y su estrategia de ataque cumplía los siguientes puntos:
1.- Apoyo mutuo sine qua non. Cada afirmación de uno era siempre reforzada por el otro, normalmente repitiendo lo mismo con otras palabras, aderezadas con risas cómplices y guiños de ojos.

2.- Su posición era fija. Permanecían orientados hacia el sol y sentados o tumbados sobre sus mochilas, estratégicamente colocadas para la consecución de un confort óptimo (sospecho que ésta pueda ser una característica muy relevante en la eficiencia del ataque).

3.- Se buscaban, de manera evidente, complicidades en el resto del grupo, obteniendo éxito en no pocas ocasiones. Hay que recalcar que este éxito solía ser efímero y sugiere alguna forma de contagio pasajero en las personas cercanas.

4.- El objetivo principal del desaliento parecía ser la caída anticipada del escalador atacado.
Se distinguen dos fases. Una primera de tipo psicológico, con frases más elaboradas y argot especializado, que buscaban minar, por todos los medios, la moral del escalador. (“Pero dónde vas si no te mueves”,” esa vía es pa jóvenes”, "cuerpo fláccido", ”lechónnn”...)
Y una segunda fase, de tipo onomatopéyico, más orientada a la desconcentración del escalador y que se iniciaba en cuanto el escalador despegaba los pies del suelo.

5.- Una vez producida la caída (de forma anticipada a veces, y otras sin éxito por parte de los desalentadores) se pueden distinguir otras dos fases más, ambas de tipo psicológico.
En la primera, se aprovechaba la propia caída para reforzar los argumentos previos de desaliento. Destaca la ironía como herramienta principal (“uhh casi te la llevas, bicho”, “al siguiente la partes”, “se te veía muy sólido”..)
Y una segunda, de duración indefinida, en la cual se ametrallea a la víctima con todo tipo de consejos gratuitos. Considero esta fase la más relevante, por dejar secuelas a largo plazo en el individuo, y la denominaré fase de los consejitos
Aparentemente, los consejos van dirigidos a la mejora del rendimiento de la víctima, y hay aquí que poseer cierta sutileza para diferenciarlos de los consejos genuinamente sinceros. Sin embargo, estos consejos maliciosos pueden acabar por provocar graves disfunciones cognitivas y sensoriales (el escalador se encuentra con que ya no sabe si lo que tiene que hacer es más bloque, más campus, más metros a vista o descansar más; ni si quiera sabe ya uno si la resistencia y la continuidad son dos cosas distintas o es una conspiración para beneficiar a la industria del entrenamiento). 
Pero el ataque más directo, la ofensiva definitiva, la bomba nuclear Ágorer, se lanza sin ambages a por el corazón de su víctima para que abandone el proyecto para siempre: "Si es que no es de tu estilo, por qué no te pruebas mejor esta otra?, Fulanito hizo esta al second y aquella bastante rápido y aún así se cayó 1300 veces en el paso, no la vas a hacer en la puta vida..."
Aún en el evento (estadísticamente poco probable) de encadenamiento, los desalentadores no se dan en absoluto por vencidos y contraatacan aplicando ingeniería inversa a la propia bomba nuclear Ágorer: "Pues para ser de tu estilo mucho te ha costado,  te la tendrías que haber meado hace días..."

6.- Los síntomas en el escalador atacado variaban según su personalidad y destacan, entre otros, fuerte irritación, desmotivación, abandono de la disciplina de entrenamiento, depresión, risa nerviosa y reevaluación esquizofrénica de los objetivos.”  


A raíz de la publicación del artículo, surgen mesas de debate y se divulga el asunto de manera generalizada en todas las revistas especializadas. Se van reportando nuevos episodios cada semana, no sólo en escalada deportiva sino también en bloque. La situación se percibe cada vez peor y se decide realizar una encuesta desde las principales revistas, la cual arroja unos resultados que producen gran conmoción:

  • Las cifras de escaladores altamente desmotivados se han multiplicado por 4. Un 60% se declara ‘abatido por momentos’, un 38% ‘descorazonado con su level’ y un 12% ‘directamente hundido en la miseria’
  • Un 85% afirma haber moderado, en mayor o menor medida, su ‘disciplina de training’
  • Un 5% reconoce haber sustituido los ejercicios de campus y las series de resis por el Crossfit y las traves a un pie.
  • El número de multiejecutores puros se reduce un 23% mientras que el de escaladores ‘zona de confort’ aumenta en un 32%.
  • Un 75% reconoce haber ‘cambiado de tema’, ‘usado múltiples excusas’ o ‘agachado la cabeza’ ante la pregunta de ‘¿cómo llevas el proyect?’.
  • Un apabullante 95% reconoce haber sido acusado de usar escaqueos en alguna ocasión. Y un 89% de escalar sólo vías comerciales.
La industria relacionada también sufre las consecuencias, para bien y para mal.
  • Se dispara la venta de cañas extensibles.
  • En refugios y bares aumenta el consumo de cerveza y hamburgesas y disminuye el de los productos vegetarianos.
  • Incrementa significativamente el total de megas 4G empleado por escaladores desde los sectores.
  • En cifras macro, la venta de ropa y complementos acapara cada vez mayor parte del mercado escalador en detrimento de la venta de material de escalada.
Mención especial merece la web de 8a.nu, que sufre comportamientos sumamente anómalos:
  • Se registra un incremento de un 600% en el uso de la etiqueta 'Soft'.
  • El editor de la versión española recibe una media de 12 emails diarios con acusaciones y dudas acerca de la ética de los encadenamientos de otros usuarios.
  • Se incrementa el número de encadenamientos añadidos con nocturnidad y alevosía.
  • Al mismo tiempo, aparecen grupos organizados que se dedican a cotejar los encadenamientos y FA’s que se van añadiendo. Los centinelas del nu (como popularmente se les conoce) hacen guardias durante las 24 horas del día actualizando y rastreando la web cada 10 minutos. Los foros arden.
  • El editor-jefe abre una sección dedicada a reportar nuevos casos y escribe algunas editoriales con consejos para no verte afectado por el Ágorer, pero no parece que tengan mucho fundamento científico.

El punto álgido sucederá durante el invierno de xxx3 y será especialmente preocupante en las zonas de bloque de la zona Centro. Allí, la desconfianza es máxima y los bloqueros se organizan en bandas Ágorer de desprestigio para sobrevivir al ambiente de batalla campal que se ha establecido. Las bandas programan salidas de sus zonas locales para arrasar las de las bandas rivales, decotando todo lo que encuentran a su paso. Realizan pintadas a pie de bloque donde se pueden leer sentencias del tipo “Oferta Carrefour”, “Bloque pa hobbits”... Se producen provocaciones y amenazas a través de las redes sociales. Se cuelgan vídeos de encadenes en Youtube, haciendo pies al aire, empolvando del mayor número de cantos posible o con métodos grotescos. Dentro de las bandas, la jerarquía es rígida y se llevan galones en función del máximo grado realizado. Se organizan también por tareas especializadas tipo zapadores-buscadores de rodillas y empeines, curtidoras de regles, campusers de motor a reacción…
Con cuerda la cosa no es mucho más relajada:
En Margalef, la Guardia Civil tiene que acudir al rescate de una chica, que estaba siendo increpada por una multitud enfurecida que la acusaba de haber usado tres dedos en el bidedo de la sección dura (“¡si es que hasta podía soltar!”, gritaba uno).
En La Foradá (Alicante), a un joven de 1m90 le revientan las ventanas del coche por hacerse el bloque de una vía de cazo a cazo, sin usar las intermedias. En el capó le pintan “PUTO ALTO, VACILA EN LA NBA SI TIENES COJONES”.

Desde algunos clubes y asociaciones de escaladores se empieza a hablar de pandemia pero la federación le resta importancia. En los círculos intelectuales reina la confusión y nadie es capaz de dar explicaciones a la magnitud que ha alcanzado el asunto.






Comentarios

pexoxe ha dicho que…
Muy bueno. Si vas corriendo a escalar y vuelves al sprint ni te enteras. Sufre tiempo libre.
Chambo ha dicho que…
No te empapas de la culturilla, pexoxe